Daisypath Anniversary tickers

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domingo, 21 de septiembre de 2014

Volví, el día pautado pero diferente

Nos encontramos en el parque del este tal como le dije que debía ser, para hablar, la cité en una cabaña para que no sospechara nada, al llegar le dije que debíamos tomar un taxi, saqué de mi bolso (que con toda intención era la cartera más grande que tenía) la venda para sus ojos, se la puse y juntas caminamos hasta la entrada del parque, busqué un taxi y le mostré el papel donde tenía escrita la dirección al conductor para que ella no escuchara nada. El señor manejaba mientrás ella me preguntaba a dónde iríamos con miedo pensando que sería a un hotel para otras intenciones. Después de más de 30 minutos de camino llegamos al lugar donde nos estaban esperando en la puerta para darme las llaves. Aún con sus ojos vendados, entramos a la casita que alquilé para las dos, un sitio muy sencillo pero hermoso. Desde el portón hasta la casa solo cesped y flores porque estamos en época de lluvia y la naturaleza muestra lo mejor de sí. Le quité la venda justo frente a la puerta de la casa, abrí la puerta y del techo guindaban globos rojos con cintas del mismo color, en el suelo pétalos de rosa y dos cojines en el piso para sentarnos a charlar. Nos sentamos y de mi bolso saqué el número 1 que corresponde a Dios (siempre primero), tomé la biblia (también de mi bolso) y le leí Colosenses 3, un versículo que para mí sin duda alguna resume nuestra vida juntas. Le hablé de lo importante que era Dios para nosotras y que en mi familia deseaba siempre contar con su presencia hasta el final de los tiempos, donde sólo existieran cosas de Dios y esos frutos del Espíritu que serán el norte de nuestro hogar. El número 2 era la familia, para ese puse en el radio un CD que hice con las 3 canciones de nuestras hijas, bellamente decorado, en una cajita transparente con el título de Celeste y un librito tal como los Cd´s originales suelen traer dónde estaba la letra de esas canciones y un breve resúmen de cuando las descrubrimos y lo que significan para nosotras. El número 3, el perdón, comencé a hablar del último año, a expresar todo mi arrepentimiento y el deseo de que a partir de ese momento pudieramos seguir adelante sin rencor, sólo cosechando cosas positivas y amandonos. Nos pusimos a llorar, nos abrazamos y besamos y en ese momento saqué el número 4, una caja morada (de mi bolso) que aparenta ser como todas las que hago para ganar dinero, pero al abrirla decía entre cajones: Quieres Casarte Conmigo? y en el último cajón una cajita blanca con un anillo hecho de cartón que puse en su mano mientrás decía que sí. Cuándo ella pensaba que todo había terminado, le dí el número 5, tomé su mano, quité su anillo de cartón y de mi bolso saqué un anillo verdadero que escogí con mucho amor porque una joya merece otra joya. Lloramos de felicidad, nos abrazamos mucho, salimos a estar en contacto con la naturaleza que por esa noche era sólo para nosotras y amanecimos juntas no como novias, sino finalmente como prometidas.

Sí, ese se supone sería mi día, pero no fué asi. Sin embargo he cumplido, volví a escribir hoy, el día que tenía pensado hacerlo porque esperaba significara un verdadero nuevo comienzo en el que dejaría atrás las cosas tristes para avanzar. Pero hoy sólo puedo sentirme devastada y destruída, creyendo que nada tiene sentido, vacía, sin más fuerzas para seguir.

Cuanto es capaz de soportar el corazón humano? Cuanto es posible aguantar? Sólo puedo orar y pedirte a gritos Señor, ahoga mi dolor una vez más!